“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” Romanos 8:15
Dios es Espíritu. Él es Jehová. Su nombre es Yahvé. Este Dios del universo, todopoderoso, omnisciente, omnipresente, eterno, soberano e inmutable, controla cada aliento que respiramos. Está tan por encima de nosotros que jamás podríamos alcanzarlo. Lo admitamos o no, todos dependemos completamente de su misericordia. Sin embargo, este Dios nos permitió acercarnos mediante la sangre de su Hijo en la cruz (Colosenses 1:20), y Yahvé ha elegido referirse a nosotros como “Abba”, Padre. Este término arameo es una de las primeras palabras que dicen los bebés judíos. “Abba”, similar al título “Papá”, expresa confianza absoluta y amor afectuoso hacia quien está llamado a nutrir, proteger y sustentar a sus hijos.
No es de extrañar que el enemigo haya buscado socavar esta tierna imagen de padre. La premisa fundamental del movimiento feminista que comenzó en la década de 1950 fue simplemente esta: destruir a los hombres. Expresaron abiertamente su odio y desprecio por cualquier muestra de auténtica masculinidad. El mensaje era: para elevar a las mujeres, necesitaban demostrar que los hombres no son necesarios. Su estrategia consistía en destruir la masculinidad promoviendo la promiscuidad, la homosexualidad y el aborto. Según Nancy Pearcey en su libro La Guerra Tóxica Contra la Masculinidad:
“Actualmente nos encontramos en lo que se denomina la “cuarta ola del feminismo”, pero no es un movimiento coherente. Argumentan que hombres y mujeres son esencialmente lo mismo. Hoy vemos que esta guerra, esta falsa ideología, está llegando a su fin lógico: sin distinciones.”
¿Qué significa esto? Significa que todas las distinciones son erróneas. Significa que hay hombres mayores, padres, hombres solteros y jóvenes que han sido persuadidos de que su rol en la sociedad es insignificante. Richard Reeves, en su artículo “Male Inequality”, señaló que:
“Las muertes por desesperación (suicidio, sobredosis, alcoholismo), junto con la adicción sexual grave, se triplican en la vida de los hombres en comparación con la de las mujeres. Dos palabras describen la razón de la desesperación de los jóvenes de hoy: se sienten inútiles e inservibles.”
Muchos padres y futuros padres desconocen lo que significa ser hombre. Incluso nuestras iglesias se han visto afectadas negativamente por la guerra de desgaste contra la masculinidad. Pero sería inexacto representar solo una de las mentiras extremas que Satanás usa para socavar el diseño de Dios. El otro lado del espectro es uno del que podemos sentirnos un poco más incómodos al hablar abiertamente en círculos evangélicos. Quizás esto se deba a que no queremos generalizar injustamente o simplemente a que tememos participar en un debate matizado y complejo.
Como hombres, padres y líderes cristianos, debemos tomar una postura. La hombría bíblica no se mide por nuestra fuerza física, personalidad, aficiones ni apariencia. Un hombre que caza o pesca no es más varonil ni, por lo tanto, más piadoso que uno que no lo hace. Un hombre que usa la autoridad que Dios le dio como excusa para acosar, reprender o abusar de otros no es hombre en absoluto. Es un cobarde que ha convertido un llamado sagrado en una burla. Si bien el movimiento feminista ha brindado a muchos hombres la oportunidad de huir de la identidad que Dios les dio, existe otro movimiento creciente que promueve la masculinidad tóxica y la exhibe como una insignia de honor.
Ser hombre no se trata de dominio ni silencio; se trata de liderazgo servicial, fuerza bajo control, responsabilidad y amor abnegado. La identidad que Dios te dio es un don precioso y valioso. El enemigo quiere convencerte de que eres prescindible y de que no estás “hecho” para esto. Si no entiendes esa mentira, te tentará a convertir esta responsabilidad en un ídolo para tu corazón. Quiere que tu rol se convierta en una posición que uses para servirte a ti mismo en lugar de servir a los demás.
Padres y jóvenes, quizás ahora mismo no estén seguros de quiénes son y para quién fueron creados. Quizás se sientan inútiles o sin valor. ¡Ánimo! Nuestra cultura no puede definir lo que significa ser hombre ni juzgar su valor. La hombría no se define por nuestras opiniones, experiencias, preferencias, crianza ni sentimientos. Debemos centrar nuestra mirada en la verdad y asimilar la definición bíblica de hombría que trasciende todas las culturas y grupos sociales. El único que puede definir plenamente la hombría y determinar su valor es nuestro Creador.
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” Génesis 1:26–27
Padres, es de suma urgencia que entendamos el valor intrínseco de un hombre, nos esforcemos por crecer consistentemente en cómo vivimos la masculinidad y enseñemos a la próxima generación la visión de la hombría bíblica.
Con motivo del Día del Padre, he creado un recorrido de siete días por las Escrituras para estudiar este tema. Sería un excelente estudio para ti, ya sea individualmente, con tu iglesia local o con un amigo. Ruego que te anime, eduque e inspire a convertirte en el hombre y padre que Dios te llama a ser.

Chris Phillips
Chris y Dawn se casaron en 1989; han sido bendecidos con cuatro hijos y siete nietos. Su viaje en el ministerio cristiano de tiempo completo los ha llevado desde Georgia hasta Carolina del Sur, Costa Rica, Cuba y la República Dominicana. A través de las oportunidades ministeriales que Dios les ha dado durante los últimos treinta años, su pasión ha sido ver almas salvas, iglesias sólidas establecidas, alentar a los líderes de la iglesia, ver matrimonios restaurados, relaciones entre padres y adolescentes sanadas, métodos de crianza mejorados y generaciones impactados por consejería bíblica sólida de las verdades fundamentales de la Palabra de Dios. Chris y Dawn se graduaron de Pensacola Christian College, donde Chris también recibió su maestría en Educación. Su pasión por la consejería bíblica los llevó a obtener la certificación a través de la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados (ACBC), y Chris actualmente está cursando su Doctorado en Consejería Bíblica. Están anticipando ansiosamente cómo Dios utilizará Selah International Counseling Ministries para marcar una diferencia en las vidas de los siervos de Dios y hacer avanzar el Reino de Cristo.