¡BIENVENIDO!

“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.” (Hebreos 12:12–13)

Laura y yo hemos estado en el ministerio de tiempo completo durante los últimos treinta años. Serví yo como administrador de una escuela secundaria antes de que percibiéramos el llamado específico del Señor para servir como plantadores de iglesias en el campo misionero extranjero. El Señor nos permitió ministrar en Costa Rica, Cuba y la República Dominicana. Alabamos al Señor por el fruto que EL continúa produciendo en esos ministerios donde tuvimos el privilegio de servir.

En 2005, salimos de la República Dominicana y llegamos a una casa que pertenecía a una iglesia local en Charleston, SC. Mi esposa estaba muy enferma con una enfermedad autoinmune y nosotros dos estábamos agotados emocionalmente, físicamente y espiritualmente. Nos sentimos fracasos. Ella recibió tratamiento inmediato en MUSC en Charleston y comenzamos a orientarnos y comenzar de nuevo. Como misioneros de tiempo completo, estábamos acostumbrados a servir las 24 horas del día, los 7 días de la semana y, a menudo, reprimíamos e ignorábamos las emociones negativas para poder servir a los miembros de nuestra iglesia y cumplir nuestra misión. No manteníamos un equilibrio saludable entre el cuidado personal y el ministerio, ni me “sintonizaba” con las señales de advertencia de agotamiento emocional y espiritual. Honestamente, la mayoría de los “descansos” que habíamos tomado durante los breves regresos a los EEUU se centraban en una agenda de viajes apretadas que involucraba reportar en muchas iglesias. Alabamos al Señor porque El nos llamó la atención antes de que fuera demasiado tarde, y pudimos recuperar el equilibrio y continuar en el ministerio. Él no solo ha provisto todas nuestras necesidades, sino que también nos ha permitido establecer La Iglesia Bautista Victoria en Charleston. El Señor ha derramado Su misericordia y gracia en nuestro matrimonio, nuestro ministerio y en la vida de nuestros hijos. Todos ellos actualmente están sirviendo al Señor en el ministerio de tiempo completo… Solo por Su gracia.

El rumbo de nuestro matrimonio, nuestra vida personal y nuestro ministerio fue transformada por la Consejería Bíblica durante esos momentos cruciales de nuestra historia. Nuestras experiencias han dado forma directamente a la pasión que tenemos por este nuevo ministerio y me han obligado a buscar un doctorado en la Consejería Bíblica. Laura y yo estamos convencidos de que es hora de ayudar a los líderes ministeriales, las iglesias y las familias cristianas a normalizar la Consejería Bíblica como algo bueno, como una parte necesaria de la vida ministerial, no solo lo que uno hace cuando todo se derrumba. Muy a menudo, la consejería se considera el remedio para situaciones de crisis extremas, pero todos los creyentes, incluidos los líderes de la iglesia, necesita a alguien que hable la verdad en su vida y lo anime en el camino.
Nuestro mayor gozo es ver “las manos y las rodillas débiles fortalecidas y las extremidades que están fuera de las articulaciones curadas.” (Hebreos 12:12-13). Durante los últimos quince años de servicio aquí en los Estados Unidos, Dios ha fusionado providencialmente nuestra misión de plantar una iglesia hispana en Charleston con esta gran necesidad de la Consejería Bíblica sólida. Esta fusión ha producido un fundamento estable, madurez en los creyentes y un deseo ardiente de influir en otros para Cristo. Una tremenda oportunidad que realmente transformó el crecimiento espiritual dentro de nuestra membresía fue el honor que se nos otorgó de pilotar la traducción del Programa de Certificación de Consejería Bíblica en Español para BCC (biblicalcounselingcenter.org). Veintidós de los miembros de nuestra iglesia completaron el proceso de certificación laica de dos años. Esta experiencia no solo impactó la cultura de nuestra iglesia, sino que plantó en nuestros corazones las semillas de este ministerio actual. Agradecemos al Señor que IBV ahora ha instalado su propio pastor y Dios ha provisto milagrosamente una propiedad y un edificio propio para la iglesia.

A través de las oportunidades de ministerio que Dios nos ha dado a Laura y a mí durante los últimos 30 años, nuestra pasión ha sido ver almas salvadas, establecer iglesias sólidas, animar a los líderes de la iglesia, restaurar los matrimonios, sanar las relaciones entre padres y adolescentes, ayudar a mejorar los métodos de crianza de los hijos, y ver a generaciones impactadas a través de la consejería bíblica…Solo por Su Gracia.